Atravesando el sur de Alemania por carreteras nacionales, visitando castillos de cuentos de hadas, picnics campestres y atascos del infierno.
15/03/2008: Konstanz (Alemania) -> Salzburg (Austria)
AUSTRIA
ALEMANIA
11 junio 2008
Vente a Alemania, Pepe III
Tras el desayuno empaquetamos todas nuestras pertenencias para dirigimos a nuestro siguiente destino: Salzburg. En mitad de ruta teníamos pensado pasar por Innsbruck, ciudad conocida por los trampolines de ski perteneciente al campeonato de los cuatro gigantes. Como hacía un día tan soleado y fantástico, decidimos bordear el lago Constanza a través de una carretera comarcal en Suiza que transcurría por la ribera del lago. Todos sabemos que los mapas de carreteras nos tienden a engañar, pues bien, nuestro mapa situaba la carretera lo suficientemente cerca del lago como poder disfrutar de las vistas. La carretera en realidad atravesaba todos los pueblos de la costa por el centro y una distancia del lago tal que no pudimos verlo en ningún momento. Tras x-mil rotondas y una parada para repostar nuestra Virtu, llegamos a la frontera con Austria.
Austria es otro de estos simpáticos países centro europeos que tienen “vignette” (la pegatina autoestopista). La principal diferencia con la pegatina Suiza es que la Austríaca puede tener una duración inferior a los 18 meses y puedes ajustarla mejor a tu estancia. La nuestra fue de 10 días por un coste de 7.70€. El ratio euro/día es más elevado que en Suiza, pero la vida es así y no estábamos dispuestos a atravesar los Alpes por carreteras que no fuesen autopistas, porque la cosa estaba tensa con picos nevados y con una furgo con cadenas a estrenar.
Antes de llegar a Innsbruck habíamos previsto la visita de dos castillos recomendados por Dani, nuestro querido guía-man. Dani es la única persona que conozco que puede pasarse todo el día con una guía en la mano, ya esté comiendo, andando por la calle o haciendo cualquier cosa.
Como los castillos en cuestión estaban en Alemania, tuvimos que volver a ella atravesando un túnel más largo que un día sin pan. La ruta la hicimos a través de carreteras nacionales, que son como las españolas en cuanto a firme, pero sin arcenes y con alguna que otra isleta chunga en mitad de algún cruce.
La verdad es que este desvío mereció la pena para poder disfrutar de la Alemania rural y sus contrastes. Con sus aldeas sobre verdes colinas donde destaca la torre en forma de cebolla de la iglesia. Con sus granjas solitarias perdidas en mitad de la nada con sus establos de madera y tejados de paneles solares, porque otra cosa no, pero modernos y concienciados con el medioambiente los alemanes lo son un rato. Otra detalle a destacar del sur de Alemania es la existencia de una señal de tráfico hasta entonces desconocida por nosotros: atención ranas! La verdad es que la primera ves que la ves te descojonas, pero tiene su razón de ser. En esta zona de grandes bosques (estamos cerca del selva negra) hay gran cantidad de charcas y estanques y las ranas se dan por doquier. Además los alemanes no se contentan con avisarte de la posible presencia masiva de ranas, si no que intentan paliar este fenómeno. Para ello ha construido unas mini-vallas de 20cm de alto a los lados de la carretera para impedir el paso de las ranas. Si es que los alemanes con brillantes como pocos.
Tan absortos estábamos contemplando todo esto que no nos dimos cuenta de que se estaba densificando la circulación y de repente estábamos en mitad de un atasco del infierno. Tras pasar más una hora en el atasco totalmente parados y ante la desilusión de la tropa decidimos hacer una parada para comer y esperar a ver si el atasco se reducía.
El marco elegido para el picnic era incomparable. Una verde pradera con los Alpes nevados como fondo. Incluso Piruleta-Güisqui se animó a salir de su madriguera para disfrutar del paisaje. Cuando estábamos con el café y los postres, apareció por allí una niñita alemana rubísima y monísima, a la que cual, por supuesto, le ofrecimos nuestras mejores viandas (chocolate). Tras darle algo de conversación Txuso en su alemán particular y ponernos cara rara se fue por donde había venido.
Tan absortos estábamos comentando la escena cuando empezamos a percibir un olor como a rancio. La verdad es que era un olor desagradable y cuya fuente no éramos capaces de detectar hasta que por lo alto de una colina apareció un poderoso tractor alemán esparciendo cieno mierda en el prado que se dirigía directo hacia nuestra posición. Nuestro estupor fue tal que recogimos en menos de 1 minuto todo lo que teníamos esparcido por la pradera, incluyendo a Piruleta, nevera, mochilas, esterillas… La verdad es que la aparición del tractor fue primordial, porque estábamos tan a gustito allí en la pradera que hubiésemos remoloneado demasiado y no habríamos disfrutados de las aventuras que nos esperaban ese día.
Tras un debate sobre si seguir adelante hacia los castillos o retirarnos por otra carretera hacia Innsbruck decidimos seguir adelante y enfrentarnos cara a cara con el atasco. Para amenizar el trayecto alguien propuso jugar al veo-veo, el clásico entretenimiento para niños que dan el coñazo en el asiento de atrás. Gracias a Dios llegó nuestro desvío hacia los castillos y pudimos librarnos del atasco. Fue entonces cuando nos enteramos del motivo del atascazo. Es bien sabido que los alemanes son grandes practicantes de deportes invernales y aprovechan cualquier ocasión para disfrutar de ellos. Pues resulta que muchos de ellos habían decidido aprovechar el fin de semana antes de Semana Santa e ir a Innsbruck para disfrutar de sus blancas laderas, teniendo que pasar por nuestra ruta.
Los castillos que visitamos son los de Hohenschwangau (Castle of the High Swan County) y Neuschwanstein (New Swan Stone palace). Su localización es inmejorable, en la ladera de unos escarpados y rodeados de bosques dominando un lago precioso. En cuento a materiales utilizados para su construcción mejor no hablar, uno que si lo pintamos de amarillo limón (Hohenschwangau) y otro que si se nos acaba la piedra y rematamos con una portada de ladrillo caravista (Neuschwanstein), y por supuesto todo lleno de españoles voceando (que por primera vez no éramos nosotros).
Los castillos pertenecen a la familia real Baviera y fueron construidos en el siglo XIX, época en que los castillos ya no tenían mucho sentido como defensa pero que quedaban muy bonitos. Estos castillos están estrechamente relacionados con Luis II de Baviera, que es el personaje más famoso de la casa Baviera. Luis II de Baviera residió durante se niñez en el de Hohenschwangau y construyó el de Neuschwanstein como homenaje a Richard Wagner. Su forma recuerda a un cisne saliendo de un lago y no deja de sorprender al millón de visitantes anuales que tiene, de hecho, Walt Disney se inspiró en él para Cenicienta y sus parques de atracciones. Todos estos datos eran arrojados por nuestra wikipedia con patas, a la que cariñosamente la llamábamos Urrupedia. Y es que Urru es el tío que más curiosidades de todo tipo se sabe, porque cosa que ve o escucha te cuenta una historieta al respecto, ya sea una anécdota de un amigo de un amigo suyo o datos históricos.
La siguiente parada fue la abadía de Wieskirche propuesta por nuestro guía-man, donde sufrimos el horario europeo por partida doble. Llegamos al lugar a las 18 horas, una totalmente razonable en España, pero resulta que la abadía cerraba a las 17:45. Para rematar quisimos hacer una visita al Señor Gestein (el primo alemán del Señor Roca) y por supuesto sus estancias estaban tan cerradas como la abadía. Tras una visita de emergencia a unos arbustos cercanos, decidimos saltarnos el paso a Austria y la visita a la ciudad de Innsbruck para ir directamente a Salzburgo. La razón estaba bien clara, se estaba haciendo de noche y el paso a Innsbruck equivaldría a atasco nocturnidad en los alpes, lo cual no sonaba nada bien.
El paso a Austria por la autopista entre Munich y Salzburgo fue sin novedad porque al tener la “vignette” parecíamos gente respetable. La llegada al albergue ya fue otro cantar, porque resultó que la calle del mismo estaba cortada y la vuelta que había que dar no estaba marcada en ningún sitio. Por segunda noche consecutiva, nos quedamos maravillados del nivel del albergue en cuestión. Para rematar el gran día que habíamos pasado, nos dispusimos a disfrutar de una gran cena previamente a sobar como "animalicos".
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4 comentarios:
Joe... que bien se estaba en el prado!! :)
Vaya dia! Hasta me esta entrando hambre de sangüichetes... ñam ñam
Solucionado el problema que tenía con las imágenes animadas. Espero que sean de vuestro agrado.
Por lo demás del viaje me quedo que os dedicasteis a ofrecer golosinas a inocentes y "cutes" niñitas alemanas rubitas, a saber lo que le pedisteis a cambio cuadrilla de malditos pederastas, tendríais que estar en la cárcel.
PD: los gif mejor a partir de videos que de fotos.
Buah, el gif de guioman es genial !! Totalmente realista !! Bueno, para ser más realista debería mirar por cada 10 sg, 9 sg la guía y 1 seg hacia arriba...
Yo de lo que más me acuerdo es de mi dulce Piruleta Güisqui... aaaiissss....
A mi también me está entrando hambre... me voy a encaminar a mi proveedor oficial de pitagiros...
Y en cuanto a la niña, confieso que mi nivel de aleman no es como para hacer propuestas ... aber das wusstet ihr doch schon...
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